Desde que el hombre comenzó a utilizar la palabra, debió experimentar la necesidad de proporcionarle a sus mensajes un sentido lúdico, cuya manifestatción mas caracteríctica se fija en esos enigmas verbales destinados a servir como motivo de juego en el mundo infantil o como fuente de diversión y agudeza de ingenio en las tertulias de los adultos. Pero no ha sido éste su único fin:las adivinanzas han servido a veces para preservar con ellas determinados pensamientos, escondiendolos y difrazandolos con ese decir y no decir tan caracteristico de estas fórmulas del folclore de todos los tiempos y de todos los pueblos. Fórmulas que no se presentan a ser resultas a la manera matemática, calculando o deduciendo su solución, sino que requieren ser intuidas, adivinadas, sin la certeza total de resolverla.
Hola chicas, soy Fernando y me a gustado tu entrada pero la frase que tiene el fondo rosa, no se puede leer.
ResponderEliminarHola soy Santi Lucía,Nayara corregí interés y más no le pusísteis interes y mas. Adiós.
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