Hola soy Javier y hoy quiero escribirle una carta a mi
abuela Fina, ella es la mama de mi madre. Tiene 87 años y lleva confinada y
aislada en su casa, sola, desde el estado de alarma.
“Abuela, hoy tampoco puede verte y darte un beso
grande, como nos damos todos los días. No puedo verte la cara que me pones
cuando te cuento mis cosas. Me vas a tener que perdonar, son ya muchos días sin
verte, hablamos por teléfono todos los días, pero no es lo mismo que sentirte y
abrazarte. Abuela, no
podemos abrazarte. Me gustaba cuando sonreías al verme, y
sentirme.
Esta es una foto mía con ella, en un bar que íbamos juntos. |
Sé que preguntas a mamá cómo estoy pasando estos días,
aunque yo hablo contigo a diario. Se nos están pasando los días sin tus besos y
abrazos. A mamá le duele que estés sola, pero me dice que
eres fuerte y estás bien atendida. Ella te lleva todos los días la comida, y
sin verte, te la deja en la cocina y la tita te lleva la cena. Eso, me
tranquiliza mucho. Me rió, cuando veo a mama como se prepara con mascarilla y
guantes para llevarte la comida, y con
un bote de desinfectante en las manos.
No voy a verte, porque sigue coronavirus por las calles, por eso estamos
todos metidos en casa. Igual que tú casi todo el año, que ahora me puedo poner
un poco en la piel de los que pasáis la mayor parte del tiempo confinados en
casa y parece que nos molesta cuando os quejáis.
No voy a verte porque este virus está haciendo mucho
daño, sobre todo a los de tu edad. A los que nacisteis con una guerra y os
marcháis por una pandémia, que también ha estado con vuestra generación.
Tú quédate en casa, que hay gente que está peor. Las
residencias de ancianos, sobre todo. El
bicho no perdona cuando entra en un centro de mayores y se los lleva por
decenas. En otras, el ejército ha
encontrado cadáveres sin recoger ni atender. Incluso las monjas que cuidaban a
los ancianos de otra residencia se largaron, dejándolos desamparados.
Tú quédate en casa, porque en Andalucía también está
siendo devastador. Pero abuela, todo a salir bien, y vamos a superarlo juntos,
por eso no voy a verte.
Yo, confío en la gente
que está buscando una vacuna. Médicos y enfermeros nos ayudan y curan.
Esta es una foto de mi abuela en un hotel en la playa. |
Ahora me siento un poco
como tú, abuela, encerrado en mí mismo y entre cuatro paredes. No podemos hacer
lo que queramos. Deseamos huir con fuerza, aunque no es lo correcto y nos
frenan. Solo pienso en el momento de reencontrarnos y volver a abrazarte y besarte.
Eso sí cura cualquier pena. Espérame, ¿vale?, no te olvido”
Bueno, ésta ha sido la entrada, un poco sentimental pero bueno. Adiós.
Hola Javi,soy Guillermo Rodríguez. Y la verdad es que lo único que has puesto en tu carta es verdad, si estamos todos juntos y seguimos las recomendaciones estoy seguro de que saldremos de esta dentro de poco.
ResponderEliminarCreo que todos pensamos lo mismo y nos ponemos en la situación de esas personas que lo único que tienen es la compañía de sus seres queridos y ahora no pueden disfrutar de ella, creo que tu carta no ha sido solo muy emotiva si no que también sirve para concienciar a la gente de los que estamos pasando en España, pero que juntos estoy seguro de venceremos a esta pandemia.
Un abrazo muy fuerte y hasta que nos volvamos a ver.
Hola Javi, soy María. Una carta muy bonita y creo que tienes toda la razón. La verdad es que nunca te había imaginado tan sentimental, pero creo que lo decías desde el corazón, y eso es lo único que importa.
ResponderEliminarUn codazo virtual, María.
ResponderEliminarME ENCANTA TU ENTRADA.
Lola Rodríguez Romero.